Hace no mucho mantuve una conversación con un desconocido, y comenzó con la típica pregunta, algo así como un «¿a que te dedicas?» Y me respondió con un «A mirar» – ¡Hay que joderse! – pensé – pero… ¿A eso no nos dedicamos todos?¿Es que lo de «nini» ha quedado anticuado y usan este eufemismo para decir que no hacen nada? Y por lo visto no, lo hacemos todos, pero no de manera profesional. Resultó que el chico era fotógrafo y continuó con una lapidaria frase – que no, que la fotografía no es objetiva.

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Lo cierto es que me vino a la mente esa imagen de «por qué contratar a un fotógrafo profesional» donde se ven dos fotos enfrentadas con un niño, una profesional y otra no.

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El caso aquí, comentaba el «mirador profesional» es que el cometido de la imagen es siempre profesional, ya se trate de los recuerdos de una etapa, como de la presentación de un nuevo sabor de helado, ¿o alguien duda que una buena fotografía de helado tiene que hacer tan apetecible el helado como cuando lo pruebas?¿ Es eso acaso mentira? Que en la producción de la foto ese helado de menta sea puré con colorante no convierte el resultado en una mentira, sino que la sensación que produce ese refrescante sabor en el paladar se transmite de forma veraz, a ver si es que al final la fotografía no es objetiva…

Lo mismo pasa con las fotos de pisos, yo, que me mudé hace unos meses, sigo teniendo pesadillas con esas horribles fotos a cuartos de baños oscuros con el flash rebotado en el espejo, o esa otra de una puerta con lo que parece una mesa pero que no se sabe si es la misma que la que se ve en la foto anterior.

Y así entramos en el marketing puro con el anuncio que siempre sale en este tema: las hamburguesas de McDonalds. Ya puedes decir lo que quieras, pero no me vayas a venir ahora con que el anuncio de la marca hace honor a la realidad con esas hamburguesas enormes, con el pan esponjoso y tres o cuatro centímetros de carne con frescas hojas de lechuga y una gruesa rodaja de tomate en cada una. Y resulta, que es verdad, que las hamburguesas no son para nada parecidas (eso es indiscutible) pero aquí es donde reside el verdadero poder de la imagen, esta ha sobrepasado la realidad, es más real que lo que nos comemos, porque seamos realistas, ¿quién pagaría 7€ por un menú con una hamburguesa como las que sirven? Y es que va a ser eso, que la fotografía no es objetiva.

publicidad y realidad