Que la música es un gran amigo que nos acompaña durante nuestra vida es algo que no podemos negar. Es aquella que te ayuda o te hunde más -según lo que quieras-, cuando no pasas por tu mejor momento, pero también la que te anima y te da fuerza y alegría en tu día a día.
Seguro que si nos paramos un momento a pensar, podremos asociar canciones a muchos momentos de nuestra vida, personas determinadas, viajes realizados o recuerdos imposibles de borrar. Y es que, según varios estudios, la música ejerce un poder directo sobre el estado de ánimo de las personas. Además alimenta, estimula y fomenta la creatividad y ayuda en el proceso de trabajo.
La música, suele ponernos de buen humor, lo que mejora el rendimiento, disminuye el estrés y ayuda a la concentración y atención. Eso sí, debemos saber elegir el tipo de música adecuado para cada momento e intentar evitar la saturación -he aquí lo complicado-.
Por todo ello, es importante el uso de la música en nuestro entorno de trabajo, aunque hay puestos que no lo permiten, pero que por suerte, no es el nuestro.
En la oficina de Terceto, la música esta constantemente en activo, eso sí… ¡con los auriculares puestos!. Y es que, cada uno de los que formamos parte de este equipo tenemos unos gustos bastantes dispares entre sí.
Están los que les gusta la música más rockera. Los que se encuentran en el lado totalmente opuesto con el reggaeton a toda pastilla. Los que lo mismo escuchamos una canción de Alejandro Sanz, como una de Siempre Así o la nueva de Daddy Yankee -muy divinos todos ellos-. Los que les da por escuchar programas de radio y reírse solos como locos mientras la ofi los mira. Los que escuchan Folk -estilo que he tenido que buscar porque no sabía casi ni que existía-. O los neutros, que escuchan todo tipo de música y ayudan a equilibrar un poquito la balanza.
Sea como sea y cada uno en su ámbito, esta claro que la música nos ayuda a evadirnos un poco cuando nos agobiamos porque algo no sale como queremos o nos atascamos con algún trabajo. Pero también es fundamental para crear proyectos muy chulos.
Así que… ¡música terceto! digo, ¡maestro!