Cuando nuestro objetivo es intentar influir en las tendencias de consumo y también fidelizar a los clientes de nuestra marca, ¿hacia quién dirigimos el mensaje?
Hacia nuestro mercado objetivo, público objetivo o target, es decir, el grupo de personas, destinatarios o segmento de la demanda que sería el ideal de una determinada campaña, producto o servicio. Aquellos que serían los más indicados para contratar nuestros servicios o comprar nuestros productos.
La importancia de que cualquier marca profesional deba saber quién es su target no es otra sino la de que se asegure, al menos, que sus esfuerzos de marketing van en la dirección correcta, de lo contrario es como si no hubieras comunicado con nadie.
Así pues debemos tener claro no solo lo que vamos a decir sino también a quien y donde se lo decimos.
Por ejemplo, en las redes sociales, la comunicación no se suele establecer siempre con los mismos usuarios o al menos no de la misma manera ya que algunas redes son de interés general y otras de un estilo de vida específico con intereses más concretos.
A veces un producto puede y debe utilizar una red muy extendida de publicidad muy general como Facebook y también google plus como otra alternativa y de esta manera poder conectar con otro target distinto al que alcanzas con Facebook, por ejemplo.
¿Y cómo podemos reconocer nuestro público objetivo y saber cuál es? Hay más características que son específicas de un grupo de personas o empresas, que se acercan a los parámetros del tipo de cliente que se ajusta a nuestros productos o servicios; el perfil del cliente, seguidor o usuario.
Cuanto más procesemos una segmentación del cliente, mejor es el resultado. Por ejemplo: edad, género, ocupación, ubicación geográfica, intereses políticos, gustos, aficiones…etc.
Algunos productos muy específicos requieren de un conocimiento del perfil del cliente más exhaustivo (impresos económicos, conocimientos técnicos…) sobre todo para elegir que redes sociales vamos a utilizar y que consigamos llegar a aquellas personar o usuarios que buscamos.
Nuestro público, para llegar a identificarlo, no puede ser cualquiera ni está en cualquier lugar. Teniendo una idea clara de que decir y a quien, como, y donde lo queremos decir, lograremos que nuestro mensaje llegue correctamente y no se diluya y por lo tanto nuestros esfuerzos no sirvan para nada.
Y tú, ¿tienes claro a quién van dirigidos tus esfuerzos de marketing?